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Respuesta Lactancia en Libertad a la biblioteca Torrente Ballester

on Feb 4, 2014 in Blog | 4 comments

Tras la concentración que tuvo lugar el pasado día 1 de Febrero a las puertas de la biblioteca Torrente Ballester, en las que la entregamos una queja por el intento de expulsión de una madre que daba el pecho a su bebé mientras disfrutaba de un espectáculo infantil, (Podéis leerlo aquí), desde la citada biblioteca se han puesto en contacto con nosotros vía correo electrónico con la siguiente respuesta, publicada también en redes sociales:

 

Estimada Señora: En respuesta a su escrito del 1 de febrero de 2014, nos gustaría aclarar algunos aspectos que nos parece que no quedaron claros en la respuesta que dimos a la queja que presentó la Señora Ruth Fuertes González con respecto al incidente ocurrido cuando la vigilante de seguridad de la biblioteca Torrente Ballester le llamó la atención por estar dando el pecho a su bebé.

– Si se lee detenidamente nuestra respuesta se puede comprobar que en ningún momento se dice que estemos en contra de la lactancia materna ni de que las madres puedan amamantar a su bebé en cualquier espacio de la biblioteca. Simplemente le pedíamos disculpas por lo ocurrido y le solicitábamos comprensión y un poco de colaboración por su parte.

– La queja se presentó en la biblioteca con fecha 2 de enero y no en el mes de diciembre, y nuestra contestación se le envió el 13 de enero y no un mes después como se dice en el escrito. Además, hasta el sábado pasado (día 1 de febrero) no hemos tenido noticia de que el asunto se hubiera hecho público en las redes sociales.

– En ningún momento se dice que amamantar a un bebé pueda ensuciar las instalaciones. Cito textualmente: Los vigilantes tienen orden de no dejar comer en la biblioteca para evitar que se ensucien las instalaciones y ello pueda causar molestias a otros usuarios. Es evidente que éste no es el caso de una madre que amamanta a su bebé, pero le pedimos también que comprenda lo difícil que resulta hacer unas normas que recojan todas las sensibilidades y que, a la vez, sirvan para que todo el mundo pueda utilizar la biblioteca sin molestias.

– Las normas a las que hacemos alusión en nuestro escrito no esconden ninguna segunda intención: es más, ni siquiera se nos había pasado por la cabeza que una madre amamantando a su hijo/a pudiera incomodar a otras personas. La decisión de destinar un espacio específico se tomó únicamente porque varias personas reivindicaron su derecho a dar de merendar a sus hijos cuando venían a las actividades organizadas por la biblioteca.

– Nos parece totalmente desproporcionado que se utilice la frase “expulsar a una madre y por extensión a su bebé es un acto claramente discriminatorio” para referirse a un malentendido producido porque la vigilante de seguridad hizo una interpretación demasiado estricta de las normas de la biblioteca. Que quede claro: ni se expulsó a la madre, ni por supuesto al bebé, ni es nuestra intención ser discriminatorios con nadie.

Por todo ello, nos gustaría manifestar nuestro malestar por la interpretación que se ha dado de la respuesta que dimos a la queja que presentó la Señora Ruth Fuertes González.

Francamente, no nos parece justo que un servicio como el nuestro, que se desvive por ofrecer actividades y servicios gratuitos a toda la población y, en especial, a los niños y niñas desde bebés, se vea envuelto en una polémica de la que no nos sentimos en absoluto responsables.

Si conociera usted la trayectoria de nuestra biblioteca, se daría cuenta de que hemos apostado siempre por la lucha contra la discriminación de cualquier tipo y que hacemos grandes esfuerzos por atender a los colectivos más desfavorecidos, prestando especial atención a la infancia.

Nuestra biblioteca, desde su nacimiento, ha pretendido ser siempre un espacio de libertad, de formación, de información y de ocio, un lugar de encuentro de los ciudadanos en el que los límites y las normas se marcan únicamente para favorecer la buena convivencia entre todos y todas y para poder ofrecer unos servicios de calidad a los/las ciudadanos/as.

En definitiva, salvo en el caso puntual del malentendido ocurrido con la Señora Fuertes, nunca se ha impedido a una madre amamantar a su bebé en nuestra biblioteca ni se le va a impedir en el futuro. Se le informará, como se ha hecho siempre, de la existencia de un espacio específico para hacerlo, pero ella podrá elegir hacerlo allí o no.

Esperando que esta vez haya quedado clara nuestra postura, le saluda atentamente. Biblioteca Municipal Torrente Ballester

 

 

Desde nuestra asociación, queríamos aclarar algunos puntos importantes, y publicamos también la contestación  que hemos dado a dicha respuesta:

 

Estimada directora de la biblioteca municipal torrente Ballester,

En primer lugar agradecerle que se haya tomado la molestia de contestar tan rápidamente a nuestra queja interpuesta hace apenas 3 días.

Desde Lactancia en Libertad, también hay varias cosas que nos gustaría aclarar para que no haya ningún  malentendido.

Nosotras somos una asociación sin ánimo de lucro que defiende la lactancia materna en público. Esto es, en cualquier momento y lugar, y que la lactancia materna no sea un impedimento para las madres para tener vida social. Esto quiere decir, que nuestra forma de actuar cuando hay un caso de discriminación (y a esto nos referimos cuando alguien expulsa o molesta a una madre por estar dando el pecho) es asegurarnos que no vuelva a pasar. Poner todos los medios disponibles para que ninguna otra madre ni bebé se sientan mal ni vuelvan a pasar por la misma situación en dicho establecimiento.

Entendemos que a veces son malentendidos que ocurren, desinformación o desconocimiento y no son actos que se realizan con maldad (otras veces sí), pero aún así, estos actos hacen daño, y desde nuestra asociación no es algo que podamos consentir.

En relación a su respuesta, vamos a contestar por partes:

1. Usted refiere que Si se lee detenidamente nuestra respuesta se puede comprobar que en ningún momento se dice que estemos en contra de la lactancia materna ni de que las madres puedan amamantar a su bebé en cualquier espacio de la biblioteca.Simplemente le pedíamos disculpas por lo ocurrido y le solicitábamos  comprensión y un poco de colaboración por su parte”.

Realmente nos gustaría saber a qué se refiere cuando solicita colaboración por parte de la madre. Si esta colaboración está relacionada con acudir a la sala de lactancia, desde luego no es algo que desde la asociación podamos tolerar, ya que pensamos que por encima de eso están los derechos del bebé y de la madre, y que el uso de la sala de lactancia debería ser algo opcional. Es decir, la madre decide si la usa o no. No si colabora o no.

2.   “La queja se presentó en la biblioteca con fecha 2 de enero y no en el mes de diciembre, y nuestra contestación se le envió el 13 de enero y no un mes después como se dice en el escrito. Además, hasta el sábado pasado (día 1 de febrero) no hemos tenido noticia de que el asunto se hubiera hecho público en las redes sociales”

Tiene razón que la queja se presentó más tarde del hecho ocurrido. Pero sí es verdad que la respuesta por su parte tuvo lugar un mes después de este hecho y justamente el día que se publicó la historia en nuestro blog. Que fuera casualidad, puede ser. Pero se dió esa extraña coincidencia: Ruth recibió la respuesta justamente el día que se difundió la noticia en las redes sociales.

3. “ En ningún momento se dice que amamantar a un bebé pueda ensuciar las instalaciones. Cito textualmente:

Los vigilantes tienen orden de no dejar comer en la biblioteca para evitar que se ensucien las instalaciones y ello pueda causar molestias a otros usuarios. Es evidente que éste no es el caso de una madre que amamanta a su bebé, pero le pedimos también que comprenda lo difícil que resulta hacer unas normas que recojan todas las sensibilidades y que, a la vez, sirvan para que todo el mundo pueda utilizar la biblioteca sin molestias.”

Desgraciadamente, bajo el amparo de la norma de prohibición de comer y beber en establecimientos encontramos muchos casos de discriminación a madres e hijos lactantes. Esto es un hecho. Por ese motivo, nuestra intención a la hora de poner la queja y ponernos en contacto con usted, es que dejara claro a qué se refería la normativa, no dejándola libre a  posibles interpretaciones del personal de seguridad.

Se le ha olvidado añadir al párrafo anterior el texto completo, que es a lo que nos referimos nosotras al comentar que la leche materna no mancha y que no es comparable con otros alimentos. Dice así:

“Este problema se nos ha planteado más de una vez pero nos hemos encontrado con el problema de no saber dónde poner el límite: si permitimos dar de mamar a un bebe, ¿debemos permitir también darle el biberón? Y si permitimos darle el biberón, ¿por qué no permitir darle un yogur? En fin, todo el mundo tiene sus argumentos para reivindicar que se apliquen unas normas u otras, y la biblioteca, aunque lo intenta, no puede satisfacer las demandas de cada persona”.

4. Las normas a las que hacemos alusión en nuestro escrito no esconden ninguna segunda intención: es más, ni siquiera se nos había pasado por la cabeza que una madre amamantando a su hijo/a pudiera incomodar a otras personas. La decisión de destinar un espacio específico se tomó únicamente porque varias personas reivindicaron su derecho a dar de merendar a sus hijos cuando venían a las actividades organizadas por la biblioteca.

Nos alegramos mucho de que esto sea así.

5.  Nos parece totalmente desproporcionado que se utilice la frase “expulsar a una madre y por extensión a su bebé es un acto claramente discriminatorio” para  referirse a un malentendido producido porque la vigilante de seguridad hizo una interpretación demasiado estricta de las normas de la biblioteca. Que quede claro: ni se expulsó a la madre, ni por supuesto al bebé, ni es nuestra intención ser discriminatorios con nadie.

A nosotras no nos parece desproporcionado ese comentario, ya que, la intención de la vigilante de seguridad fue en todo momento el de expulsar a Ruth del establecimiento. Tenéis razón en que este hecho no se produjo, pero fue debido a que esta madre, tiene las ideas muy claras y sabe perfectamente cuáles son sus derechos y obligaciones, así como los de sus hijos. A ella se la expulsó repetidamente, pero hizo caso omiso y no se fue. Desde la asociación, con los numerosos casos que nos han llegado, les podemos asegurar, que esta no es la norma. Lo habitual es que cuando a una madre lactante se le expulsa o se le invita a acudir a la sala de lactancia (si lo quieren llamar de ese modo, pero viene a ser lo mismo), esa madre se marche. Porque normalmente le pilla desprevenida, en situación de inferioridad y con desconocimiento de sus derechos.

Tal vez la intención de la biblioteca no sea ser discriminatorio con nadie, pero en ese momento, lo fue. Y repetimos que si la madre no abandonó el lugar fue por decisión propia, no por la no insistencia de la vigilante de seguridad.

6. Por todo ello, nos gustaría manifestar nuestro malestar por la interpretación que se ha dado de la respuesta que dimos a la queja que presentó la Señora Ruth Fuertes González. Francamente, no nos parece justo que un servicio como el nuestro, que se desvive por ofrecer actividades y servicios gratuitos a toda la población y, en especial, a los niños y niñas desde bebés, se vea envuelto en una polémica de la que no nos sentimos en absoluto responsables.

        Ante este comentario, desde Lactancia en Libertad nos gustaría indicarle que por supuesto que lo que pasó en la biblioteca es de su responsabilidad. A pesar de que haya sido un malentendido como usted refiere y a pesar de la trayectoria que usted señala. A nosotras nos parece estupendo y digno de elogiar que la biblioteca luche contra la discriminación, haciendo esfuerzos para atender a los colectivos más desfavorecidos, pero en este caso, no ha sido así. Que no es la norma habitual. Bien, ahora lo sabemos, pero nuestra obligación como asociación que protege los derechos de las madres e hijos amamantados es no permitir que vuelva a repetirse dicha situación. A pesar de que haya sido un hecho aislado, creímos conveniente cerciorarnos de que esto era así, haciéndoles llegar nuestra queja y nuestro malestar por la normativa y por lo ocurrido.

7. En definitiva, salvo en el caso puntual del malentendido ocurrido con la Señora Fuertes, nunca se ha impedido a una madre amamantar a su bebé en nuestra biblioteca ni se le va a impedir en el futuro. Se le informará, como se ha hecho siempre, de la existencia de un espacio específico para hacerlo, pero ella podrá elegir hacerlo allí o no.

Nos agrada mucho disponer de esta información. Desde Lactancia en Libertad, les podemos asegurar que si la respuesta a la queja de Ruth hubiese ido en este sentido, no habríamos iniciado concentración ni habríamos entregado protesta. Creemos que hay una diferencia importante entre indicar que:

Se le informará, como se ha hecho siempre, de la existencia de un espacio específico para hacerlo, pero ella podrá elegir hacerlo allí o no.

A

La vigilante que le llamó a usted la atención no trabaja actualmente en la biblioteca pues únicamente cubre los periodos de vacaciones de los demás vigilantes, pero tenga la seguridad de que nos encargaremos de que, de aquí en adelante, todos ellos sean más permisivos cuando, como en su caso, la madre tenga algún problema para acudir al espacio antes mencionado.

En el primer caso,  se deja de manifiesto claramente la opcionalidad de la sala de lactancia. En el segundo, se indica, que los vigilantes serán más permisivos (es decir, harán el favor), con  las madres que tengan algún problema en acudir a la sala de lactancia (porque tengan otros menores a su cargo o por otro motivo).

Entendemos entonces que su intención era informarnos de lo primero, y lamentamos mucho el malentendido, pues le aseguramos de que si nos hubiese llegado esa información no hubiésemos dedicado tanto tiempo y esfuerzo con los preparativos de la concentración, las familias que nos apoyaron no hubieran tenido que asistir y a ustedes no les hubiéramos causado ningún tipo de molestias.

Por último, resaltar que el objetivo de esta asociación en ningún momento fue desatar polémica, sino como le indicamos, asegurarnos que este incidente no se volvía a repetir, y sinceramente creemos, después de la respuesta recibida, que así será.

Muchas gracias por su atención.

Un saludo.

    4 Comments

  1. Doy el pecho a mi hijo y me encanta, pero tb suelo respetar las normas. Creo q lleváis esto muy lejos haciendo mucho daño a empresas e instituciones q realmente no se lo merecen. En este caso, sólo se le informo q había otro sitio, y la madre lo toma o no lo toma. En el año y pico q llevo dando el pecho a mi bebe jamás me han dicho nada, porq ante todo respeto a mi entorno, sí el nene tiene hambre y veo q estoy en un sitio q puedo darle el pecho pues lo hago, sí tengo q buscar algo más apartado pues tb. esta claro q mi hijo es lo primero, pero sí queremos vivir en sociedad hay q respetar a esa sociedad. Vosotras pedis un respeto pero no respetáis.

    • Ahhhh y cuál es el entorno dónde sí puedes darle y cuál no? Va en función de la marca de la tienda? Por algún caché? El respeto se pide para las necesidades del niño/niña, que es quien no tiene que pasar hambre y tiene el derecho a comer. Lo tuyo es un poco doble moral, no?

    • Yo la verdad que pienso que el respeto debe ser de todos los adultos al bebé que tiene hambre y no entiende de lugar. El problema viene cuando los adultos, supuestamente seres racionales, se ven ofendidos o incomodados por algo tan natural y los supuestos derechos de estos adultos a no ver un pecho que alimenta prevalece al del bebé a ser alimentado. tampoco he tenido nunca ningún problema, y le he dado en donde ha querido.

    • Hola, María,soy la mamá a la que trataron de echar de la biblioteca. Sí, la agente de seguridad intentó echarme, me dijo repetidas veces que no podía estar allí, que ella no ponía las normas, que tenía que irme a la sala destinada para ello. Tengo testigos. Es cierto que ahora la biblioteca ha dejado clara su postura, y ahora tengo claro que di con una agente de seguridad que no supo interpretar las normas. Si no me echaron fue porque me negué a irme, porque la mujer que estaba a mi lado informó a la agente de seguridad de que las salas de lactancia son de uso opicional y no obligatorio, y yo le aclaré a la agente que por ley no me podía echar de allí. Esa agente no me informó, y le dio igual si estaba a cargo de otros dos niños o las razones que tuviera para amamantar allí. Se limitó a repetir una y otra vez que ella no ponía las normas y que no podía estar allí, hasta que le dije que no me podía echar, y entonces cambió su discurso y se fue. Ha quedado claro que di con la única persona que pensaba que no podía dar allí el pecho, pero la propia biblioteca en la respuesta que me dio a mi primera queja reconoció que esto ya les había pasado más veces. Quizás no fuera frecuente. Pero es muy desagradable cuando te toca.Personalmente creo que sí respeto las opiciones de los demás, y creo que en tu caso, como no estabas allí, piensas que las cosas fueron de otra forma a como mis acompañantes y yo las vivimos.

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