Una madre lactante de nuevo ha sido expulsada de un recinto público sólo por el hecho de dar el pecho. Una nueva situación de discriminación a la que se han enfrentado ella y sus dos hijos. Ella misma nos lo cuenta:
El pasado domingo 24 de noviembre de 2013 fui con mis dos hijos de 5 años y de año y medio y con mi pareja a pasar la tarde al centro cívico de la Alhóndiga en Bilbao; en concreto a la zona infantil de la Mediateka (txikiland).
Casualmente hace poco hablaba con unas amigas de la percepción que teníamos de que en Bilbao, echando la vista 5 años atrás, parecía que las cosas habían cambiado algo en cuanto a la visibilidad y el respeto a la lactancia a largo plazo. Sin embargo, hechos como este nos indican que aún existe un gran desconocimiento de lo que significa “facilitar y apoyar la lactancia”. La existencia de una sala de lactancia es una mejora muy valorable pero no puede ser una imposición si no una opción. Cuando un niño o niña toman pecho a demanda es muy difícil cerrarlo a un espacio y momento concreto. El pecho a demanda se denomina así porque sucede cuándo y dónde tu hijo o hija te lo demanda, no tiene reloj y tampoco tiene espacio, más aún para un bebe con mas de un año, que anda, corre, juega, mama, vuelve a jugar etc… Dar el pecho es algo espontáneo, sencillo, como un beso o un abrazo y entra dentro de la esfera de la relación madre-hijo/a. Además la evidencia científica avala y recomienda el pecho al menos hasta los dos años y más si la madre y el niño/a lo desean.
Creo que todas aquellas madres que nos hemos visto intimidadas, juzgadas, expulsadas de un espacio por querer amamantar a nuestros hijos/as, y todas aquellas personas que crean que esta situación es injusta y que la lactancia debe ser normalizada tenemos que reclamar los cambios necesarios para que estas situaciones no se produzcan y que no prevalezcan normas “de convivencia” fundamentadas en prejuicios sobre el derecho a utilizar un espacio, más aún si es público, y más aún si el derecho es el de un niño/a.
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