Una vez más, tenemos «follón en el museo». Todo son trabas si eres mamá lactante para poder hacer una vida «normal» pero ya si quieres llevar una vida «cultural» activa la has liado.
El tercer museo con el que nos encontramos. ¡ El tercero ! Aunque nos constan casos en más que no se han llegado a publicar o no hemos gestionado directamente.
¿Qué pasa con las tetas en los museos?
Parece que las tetas que amamantan, en los museos sólo tienen cabida si son obras de arte reconocidas, pero si eres una mujer de a pie, tu teta es peligrosísima y puede, que se yo, salpicar a chorro leche corrosiva que dañe las pinturas. A lo loco. Que el peligro no es un niño, ni un señor que estornude, ni el que se ha fumado una cajetilla y media y desprende alquitrán. El verdadero peligro para las obras de arte son «las tetas». Eso es así.
Deberíamos vigilar muy mucho este tema, porque claro, vas tu tan tranquila dando de mamar a tu hijo por la calle, y si le salpicas a alguien y lo matas de la corrosión? Es verdaderamente, un tema para reflexionar.
EEEEhhhh… NO!
- El pecho no salpica, no mancha, no corroe. No va una mamá dando el pecho y lanza un cañonazo a la pintura de turno. Esto no funciona así.
- Amamantar es a libre demanda del niño, no tiene horarios, ni tomas establecidas y la madre debe hacer una vida normal, lo que incluye visitar lugares públicos, no lo decimos nosotras, lo dice la Asociación Española de Pediatría.
Expulsión de una madre del Museo Picasso de Málaga
Pero esto parece que a los museos no les entra en la cabeza, no entra y no entra. El miedo a la leche radiactiva con la que tienen pesadillas durante la noche les hace temerla por el día, y ven una teta y van corriendo ¡ Aquí no !
Esto ha pasado en el Museo Picasso de Málaga, nos lo cuenta la mamá afectada:
El viernes 12 de junio estuvimos en el Museo Picasso de Málaga con nuestros mellizos de tres meses. Llegué al museo con uno de mis hijos enganchado al pecho, así me han visto el encargado, el señor que me pidió la entrada y un guía al que le pedí información. En la tercera sala que visitamos una chica de personal de sala me dijo que no podía dar el pecho en las salas, que tenía que ir a cafetería o a un banco del pasillo. No pudimos ver nada mas, con dos bebes cuando uno termina de comer tiene hambre la otra. Hemos puesto una reclamación y nos han dicho que es la política del centro para preservar la seguridad de las obras. No sé si piensan que los pechos de una mujer producen chorrazos de acido sulfúrico o si las bocanadas de los bebes son como la caca de las palomas y en el caso de alcanzar una escultura, la pueden pulverizar. Lo mas irónico es que ha sido visitando la exposición de Louise Bourgeois a la que tanto inspiró, entre otras cosas, la maternidad y el cuerpo de la mujer.
No somos los únicos a los que nos ha pasado algo así en este museo http://muchosabrazos.blogspot.com.es/2012/02/los-museos-y-la-nino-fobia.html?m=1
Creemos que es necesario erradicar estas «políticas» de los espacios públicos y cambiarlas por políticas que visibilicen a las mujeres y el trabajo reproductivo. No sé hasta que punto estas «políticas» son comunes a todos los museos.
Vamos a seguir adelante con la reclamación, mas a día de hoy, después de visitar otros dos museos (CAC y Pompidou) en los que nos han dicho que no tienen «políticas» tan peregrinas y he amamantado a mis bebes con toda la tranquilidad del mundo mientras visitaba sus salas.
Esto visitando además una exposición de Louise Bourgeois, que hacía obras como estas:
Pero lo ACOJONANTE Y VERGONZOSO es la propia alegación en su queja que hace el museo. Siéntense queridas.
Que vamos, que sueñan con la leche corrosiva y radiactiva, y que si hay obras en la sala, no se mama porque las obras se estropean, o similar. Igual es que el PH del aire que respiran se pone chungo al ver una teta y soltamos toxinas a cascoporro. Vete tú a saber.
Aunque podría ser que en sus mentes las tetas fueran un peligro tal que así:
Desde aquí, y en queja escrita en próximos días, pedimos al Museo Piccaso de Málaga que rectifique y pida disculpas públicamente a esta madre y sus mellizos, y que se comprometa a rectificar su política en sucesivas visitas de madres lactantes a las salas de su museo.
Es detestable que esta ignorancia y torpeza hacia las madres siga pasando en pleno 2015. Vergonzoso. Ayúdanos a difundir este caso.
Sigamos luchando juntas para que estas discriminaciones no queden en el olvido, necesitamos una ley que proteja la lactancia y nuestra libertar para amamantar a nuestros hijos en cualquier sitio y lugar.
Os pedimos vuestra colaboración. Una para difundir este caso, y otra para poder seguir desarrollando nuestro apoyo y nuestra labor.
Necesitamos vuestra ayuda para que nuestras limitaciones económicas no sean un impedimento para luchar por una ley y para poder llevar a cabo medidas legales en los casos que lo precisen.
Podéis haceros soci@s por sólo 15€ al año, o haceros con nuestras bolsas con el logo de ‘Tomo teta donde quiero’ por 5 ó 6€.
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1 Comment
Los bibesLos también o esos no? Na, por saber… Manda narices.