En 2012, en Primark de Parque Principado (Asturias) pedí permiso para darle el pecho a mi hija en los probadores, y me contestaron de forma bastante desagradable, que los probadores no eran para eso. Por supuesto no hice ni caso y entré sin nada que probarme. En su momento solo pensé que era un tema de la dependienta desagradable de turno, pero según parece, es un tema de empresa.
He decidido que la próxima vez que vaya a Primark, le daré el pecho a mi hija mientras paseo. Y si me dicen algo al respecto, me defenderé, si no entran en razones e intentan echarme, llamare a la policía.
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